Parte del grupo de amigos
con quien comparto alegrías y lluvias trabajan para Aresa Internacional.
Construyen barcos. Les han vendido unos cuantos ejemplares a la Marina
Camerunesa, para la lucha antipiratería. Unos fieras.
Bellezones de 900
caballos, todos fuerabordas excepto un intraborda, estos barcos cogen más de 50
nudos de velocidad, y el último puede frenarse en seco en lo que se llama crash
stop.
Llegamos al cuartel,
banderas por todos lados, todo el mundo uniformado, una mitad terrestre, la
otra marina. Los barcos tienen preparado un soporte para colocar las
metralletas, pero las han quitado para que hiciéramos nuestro paseo tranquilos,
huy,..
Nos equiparon con unos
monos impermeables y unos chalecos salvavidas, y salimos del puerto. Venía con
nosotros el jefe de seguridad de una empresa que trabaja con la mía, una forma
como otra cualquiera de mejorar relaciones. Encima el tío es majo. Y mi jornada laboral consumiendo minutos.

Nos llevaron a toda velocidad,
y aunque la desembocadura del Wouri en el mar estaba tranquila, pegábamos unos
saltos que nos separaban de los asientos. Éstos tenían a los pies una especie
de bridas para hacer fuerza en sentido contrario y no salir disparados.